En Cuanto a Idiomas, Quien no Avanza, Retrocede

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Quien no avanza retrocede

Estamos en plena época del año en que los docentes, pletóricos de esperanzas y buenas aspiraciones, lo mismo que muchos de sus alumnos, toman decisiones y hacen propósitos para el nuevo año escolar. Es verdad que en la mayoría de los casos estas pretensiones se enfrían más rápido que el pan salido del horno, pero en algunas ocasiones perduran y modifican conductas.

En este caso nos referimos a una cuestión que muchos maestros de inglés (y también de otras lenguas extranjeras) se suelen plantear: “¿Qué hacer para mejorar mi nivel del idioma, o por lo menos no menguarlo?”

La verdad es que no se puede permanecer estacionario en el uso de un idioma. O se avanza o se retrocede. Incluso quienes hemos permanecido algunos años en un país comunicándonos todo el tiempo en un idioma extranjero, hemos experimentado cierta pérdida de fluidez en nuestra propia lengua nativa. Jamás al grado de impedir la comunicación, pero es claramente perceptible por nosotros mismos.

La marea sube

Volviendo al tema que nos ocupa, es vital que los maestros sigan cultivando y familiarizándose con el idioma que imparten, sobre todo considerando que de no hacerlo estarán retrocediendo y además la preparación tanto de los maestros como de los propios alumnos está incrementándose aceleradamente. Antes a un docente se le exigía el FCE, o sea B2 en el Marco de Referencia Europeo. Actualmente no son pocos los colegios en que los estudiantes terminan la secundaria con ese nivel.

Desde luego, la manera ideal es irse y pasar algún tiempo en un país de habla inglesa, lejos de alguien que hable español.  Ese es el mejor método, pero desgraciadamente impracticable considerando los ingresos de un maestro en nuestro país. También hay muchos buenos cursos, pero costosos.

El buen maestro norteamericano Steven Krashen nos asegura en su “Input Theory” que todo aprendizaje del inglés se logra mediante el input, una palabra endiabladamente difícil de traducir al español, pero que todo profesor de inglés conoce. Para esto tenemos (y debemos) leer libros, revistas y cualquier material de lectura en inglés. La tecnología viene en nuestra ayuda para la parte de comprensión auditiva: podemos escuchar radio de onda corta, podcasts en la computadora, películas en T.V., Netflix, o adquiridas en Amazon o iTunes o, por último, en el quiosco de la esquina. Los televisores modernos nos permiten reproducir el sonido en el inglés original. Las canciones compiten por destrozar la gramática y el vocabulario, por eso nos abstenemos de recomendarlas.

Hablando de vocabulario, al encontrar un nuevo vocablo no basta con averiguar su significado. Hay que anotarlo y revisar repetidamente su significación, haciendo oraciones con él. (Puede hacerlas mentalmente mientras se transporta).

                                               No todo es ingerir

 Y he aquí que la doctora Merril Swain, en su Comprehensible Output Hypothesis, contradiciendo al buen Krashen, nos dice que el input no basta.

Es indispensable practicar las cuatro habilidades, equivocarse y aprender de los errores. Esto incluye escribir. El hacerlo lo obligará a crear sus propias oraciones. Al hablar tendemos a usar clichés. Cuesta más trabajo obligarse a esto, pero es necesario. Escriba sobre su entretenimiento, la película que vio, lo que le interesa, lleve un diario, consígase un pen pal, invente recetas, cuentos, cartas, lo que sea, pero escriba. Aunque sean notas a usted mismo. Sirve.

Y llegamos inevitablemente a la parte de speaking. Es más difícil rodearse de personas que hablen inglés, pero no imposible. Al menos en Lima hay organizaciones culturales que le ofrecen la oportunidad de charlar en inglés, incluso gratuitamente. También hay cientos de chats. Y, por último, siempre habrá una persona con la que podrá usted hablar en inglés: usted mismo.

Pensar es una actividad que, igual que hablar, se desarrolla por medio del lenguaje. Al menos parte del día dedíquese a pensar en inglés: mientras se baña, arregla, planea su día, etc., hágalo en inglés. Corríjase si se equivoca y prosiga. Se sorprenderá de los progresos.

Acuérdese de que, sin importar la edad que tenga, no se hará más joven; y a mayor edad, mayor esfuerzo para recordar las cosas.

Ya empieza febrero, ¿ya hizo sus propósitos para el año escolar 2020?

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