Un principio básico en la enseñanza de cualquier materia es que cada grupo de alumnos ya sean niños, adolescentes o adultos requiere una pedagogía especifica que responda a sus estilos de aprendizaje, intereses, nivel de desarrollo cognitivo y motivaciones. Sin embargo, este principio no siempre es tenido en cuenta en cada clase como debería.
Comúnmente se asume que enseñar idiomas a adultos podría ser menos demandante que el trabajo con niños o adolescentes. No obstante, la enseñanza a adultos puede ser un reto difícil si no se comprende y considera las motivaciones para aprender idiomas de este grupo de alumnos en particular. Las siguientes sugerencias podrían ser de utilidad para hacer de cada curso con adultos una experiencia exitosa y gratificante tanto para la profesora o profesor como para los alumnos.
- Identifique las necesidades de aprendizaje de sus alumnos
Los alumnos adultos, a diferencia de los niños y adolescentes, tiene una motivación instrumental para aprender un idioma. Un buen punto de partida es obtener información al inicio de un curso de las razones que los llevan a aprender una lengua extranjera. Una identificación de estas necesidades tales como participar en reuniones, socializar, viajar etc. es clave para una enseñanza exitosa porque permitirá al docente incorporar en cada clase actividades cortas a fin de preparar a los alumnos para realizar las tareas identificadas en este análisis de necesidades.
Así mismo, cuando un adulto siente que un curso no responde a sus necesidades, debido frecuentemente al empleo rígido de un libro de texto, su motivación en el curso disminuirá notablemente. La inclusión de estas actividades comunicativas, fuera del libro de texto, es particularmente importante.
- Evite simplificar el idioma
Este punto es relevante para nuestro trabajo con alumnos principiantes. Cuando simplificamos el idioma que empleamos con ellos hablamos con pausas exageradas, con un vocabulario elemental y hasta con una entonamos poco natural, exponiendo a nuestros alumnos al “baby talk” empleado con niños pequeños. ¡Cuidado con eso! Esta manera de hablar es percibida por el adulto inmediatamente.
- Revise su libro de texto
Nada desmotiva más a un alumno adulto que leer un texto o escuchar de parte de su profeso(a) ejemplos tales como: “Juanita no fue hoy a la escuela por estar con gripe”. Las palabras Juanita y escuela son elementos propios para el trabajo con niños. Lamentablemente, los libros de texto diseñados para adultos no siempre tienen este cuidado por lo que deben ser modificados por el docente. Una mejor opción al ejemplo anterior seria: Juan no podrá asistir a la oficina por estar con gripe. Nada merma más la motivación del alumno adulto que aprender con materiales y actividades que no corresponden a su contexto.
- Comunique los objetivos a lograr en cada clase
El establecer objetivos en cada sesión y verificar su logro por parte del grupo, permitirá que cada lección culmine con la gratificante realización de haber avanzado en clase y como este avance puede ser aplicado fuera de clase.
- Establezca el grado de dificultad adecuado de acuerdo con el nivel de dominio del idioma por parte de los alumnos
Si quiere mantener la motivación de su grupo de alumnos controle el grado de dificultad del trabajo de clase. Cuando el grado de dificultad está muy por encima del nivel de su dominio del idioma solo logramos en ellos una sensación de incompetencia o fracaso que reduce significativamente la motivación pudiendo incluso inducir al abandono del curso.
- Autoevaluación del alumno de su progreso
Anime a sus alumnos a evaluar sus avances y guíelos en el proceso. Nada mantiene mejor su motivación que la visualización de sus propios avances.
- Sea creativo(a) y no haga siempre lo mismo
Es necesario evitar realizar las mismas actividades a fin de evitar que seamos predecibles. La realización de actividades novedosas y no esperadas contribuye a mantener la motivación en el aprendizaje.
- La regla de oro: el desarrollo de la expresión oral
Los avances en una lengua extranjera se miden por la capacidad de comunicarse oralmente. Potencie la comunicatividad en el aula.
Observar y medir el grado de motivación de los alumnos es vital para el éxito de un curso. La desmotivación en el alumno adulto lleva a que el alumno se desvincule del trabajo de clase pudiendo ocasionar el abandono del curso. Sin duda alguna el docente que sabe motivar hace la diferencia.
Muy buenas las sugerencias que nos presentas Marita. De aplicarse facilitarán y mejorarán tanto la experiencia como el sentido de logro de nuestros alumnos. Por otra parte, sería importante considerar que para motivar a los alumnos es necesario que nosotros mismos estemos y nos mostremos motivados. Ante esta “nueva vida” casi post-pandémica, es necesario volver a nuestro centro, adaptarnos y encontrar nuestro propio balance emocional para retornar a las aulas con nuevos aires, nuevas expectativas y mucha vocación de servicio.
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