La enseñanza en línea ha estado entre nosotros desde hace un buen tiempo. Más aún, muchos docentes veníamos explorando diversas plataformas y aplicaciones porque nos interesaba familiarizarnos y aprender a desenvolvernos en el campo de la enseñanza virtual. En este artículo analizaremos el panorama al que tenemos que enfrentarnos los docentes de diversas materias y niveles educativos así como las dificultades que esta actividad conlleva.
Empecemos con lo esencial: las condiciones de trabajo; no solamente nuestro entorno cambió debido al aislamiento social: de pronto nos encontramos hablándole a una computadora la mayor parte del día. Las exigencias de nuestras entidades educativas también cambiaron, sin mencionar la necesaria reestructuración de la organización familiar para poder contar con el espacio y la tranquilidad que esta actividad requiere. El teletrabajo pasó a tener un rol preponderante en nuestras vidas, en nuestro país,
” El teletrabajo se encuentra en una etapa exploratoria debido a la poca difusión o el desconocimiento sobre el concepto y modelos de implementación”. (Cámara de Comercio de Lima, 2020).
Para los docentes que trabajan en dos o más instituciones es importante delimitar un horario de trabajo y dedicar un tiempo para familiarizarse con las plataformas que emplea cada institución. Ayuda mucho el organizar nuestro tiempo: contar con una agenda diaria o semanal, eliminar las distracciones y ruidos que interfieren con la clase y proteger su privacidad escogiendo un área aparente para poder realizar la lección con tranquilidad.
En el campo de la enseñanza de idiomas, los alumnos, por su parte, han tenido que adaptarse a recibir sus clases virtuales (exceptuando el porcentaje que ya había optado antes por esta opción) El gran reto radica en poder transmitir los contenidos con efectividad sin dejar de lado el aspecto participativo de cada sesión. No todos los alumnos se sienten cómodos o están familiarizados con la tecnología, ya sea por cuestiones de edad o de actitud: que un celular no tenga secretos para su dueño no significa que esa persona se adaptará a un entorno educativo virtual. Se recurrió entonces a elaborar guías de acceso a las plataformas a emplear como primer paso.
El siguiente paso fue operativo: utilizar la plataforma de la institución para comunicarnos y no solamente para compartir materiales, publicar anuncios y recordatorios: descubrimos que el hecho de grabar cada sesión y tener encendida la cámara de video hacían que la conexión se vuelva más lenta; optamos entonces por el Plan B: no grabar cada sesión y crear una que estuviera abierta, es decir que tenga fecha y hora de inicio pero no de término; de esta manera no es necesario seguir enviando mensajes a todos los alumnos cada vez que creamos una sesión. Se ha optimizado el uso de nuestro tiempo.
Aprendimos a combinar los recursos de audio y video, compartimos pantalla cargando archivos en PDF porque son menos pesados, creamos diapositivas que con solo una frase, oración o imagen explican claramente el propósito de la actividad, formamos grupos para que los alumnos tengan su espacio de discusión y los monitoreamos dando indicaciones sólo cuando es necesario. Luego, los juntamos nuevamente en el aula principal para darles la retroalimentación de la actividad. Resultado: los alumnos se dieron cuenta que la clase virtual puede ser tan o más entretenida y dinámica que la clase presencial. ¿Otra ventaja? El alumno ha percibido que puede escoger su forma de participación en clase empleando el micrófono o el chat o tiene la posibilidad de usar el icono “levantar la mano” para participar; en suma: todos pueden notar quién participa más y quién prefiere escuchar; quién está atento a los aportes de sus compañeros y sigue el hilo de la clase. La lista no acaba allí: los alumnos que eran reservados en la clase presencial han asumido un rol más participativo en el entorno en línea. En el caso de los ejercicios escritos, ha sido posible compartir recomendaciones generales y específicas; se comparten textos para ser evaluados grupalmente y se solicita a los alumnos que sustenten sus recomendaciones; el cambio de modalidad ha sido beneficioso para más de uno.
Sin embargo, ser receptor de una clase virtual difiere substancialmente de ser el responsable de prepararla: desde la elaboración de los recursos, la secuencia de actividades, el manejo de los tiempos, los patrones de interacción, la evaluación, entre otros; comprobamos que el secreto del éxito es el trabajo en equipo: no solamente teníamos reuniones empleando las plataformas Blackboard, Zoom, Google Meetings, Hangouts, WhatsApp (entre otros) para compartir lo aprendido y aclarar nuestras dudas sino que pasamos a tener también un nuevo rol: transmisor del soporte emocional y pedagógico. Que nuestros estudiantes están afrontando una situación de estrés es una realidad, por lo que dedicar unos minutos al inicio de la clase para intercambiar impresiones sobre la semana contribuye a generar un espacio seguro donde el alumno aprende mejor.
El Ministerio de Educación el año pasado creó Perú Educa, Sistema Digital para el Aprendizaje. En esta plataforma online es posible acceder a herramientas, servicios y recursos educativos de acuerdo con tus gustos y necesidades. (2). Un gran aporte de esta plataforma es que los cursos están dirigidos a docentes, directivos, alumnos y padres de familia.
Como todos sabemos, el día lunes 6 de abril, se dio inicio al año escolar de manera remota con el programa Aprendo en Casa Online, y cuenta con clases y horarios de inicial, primaria y secundaria, se transmite en directo vía TV Perú y Radio Nacional y RPP Noticias desde la frecuencia AM (730 AM). Este es otro aporte del Ministerio de Educación. (3)
Para los docentes esta situación también ha significado un cambio radical en su metodología, dado que algunos cursos se pueden dictar con más efectividad en el entorno virtual que otros. Si no habíamos desarrollado nuestras habilidades digitales hasta ahora, éste es el momento. La educación a distancia siempre ha estado aquí, pero esta vez es una opción necesaria, viable y segura; se ha posicionado rápidamente y está entre nosotros para quedarse en sus diferentes modalidades: sincrónica, asincrónica, mixta o totalmente virtual. ¡Seamos parte del cambio! ¡La educación no debe parar!
¿Con qué desafíos se ha tenido que enfrentar para implementar sus clases en línea?
¿Ha cambiado su percepción con relación a esta modalidad de enseñanza?
Referencias
(1) https://www.camaralima.org.pe/repositorioaps/0/0/par/r717_2/inf_esp_ed_dig_717.pdf
(2) http://www.perueduca.pe/inicio