Exámenes Internacionales en Colegios: ¿Preparación para el Futuro o Negocio?

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El mercado de la enseñanza de idiomas ofrece una variedad de exámenes internacionales que sirven para determinar el nivel de competencia lingüística alcanzado en inglés, una información de suma importancia para saber si los estudiantes realmente han aprendido y logrado los objetivos planteados en un determinado programa. Adicionalmente, varias de estas evaluaciones son reconocidas en todo el mundo, y también resultan útiles para definir el nivel de competencia lingüística de los estudiantes de manera objetiva, ya que en su estructura se considera la medición del nivel de destrezas obtenidas tipificadas en el Marco Común Europeo de Referencia, MCER (1).

 

Por otro lado, todos estos exámenes internacionales, con una equivalencia en el estándar internacional del MCER,  y cuyas escalas son usadas para homologar los diferentes títulos otorgados por las entidades certificadas, tales como los exámenes ESOL (English for Speakers of Other Languages)  de la Universidad de Cambridge, evalúan el conocimiento del idioma inglés de personas no nativas. Lo mismo sucede con los exámenes TOEFL (Test Of English as a Foreign Language)  y TOEIC  (Test of English for International Communication) gestionados por el Educational Testing Service (ETS), institución certificadora dependiente de la Universidad de New Jersey, que domina el mercado en Estados Unidos.

 

Si bien es cierto que estas pruebas ayudan a plantear los objetivos sobre lo que los estudiantes deben dominar con el fin de utilizar una lengua para  comunicarse, así como los conocimientos y destrezas que tienen que desarrollar para poder desenvolverse de manera eficaz, en muchos casos esta información no está siendo utilizada de la manera más apropiada, especialmente por muchos centros educativos de la etapa escolar.

 

¿Cómo es que sucede esto?

 

Vamos a poner un ejemplo que podría resultar familiar para muchos de nosotros: ¿Recuerdan la preparación preuniversitaria? En muchos casos, a los estudiantes se les apresta para pasar la valla del examen de ingreso, y no para ser buenos estudiantes una vez que están en la universidad. Por ejemplo, se dan casos de alumnos que ingresan con altos puntajes, que una vez dentro no son capaces de entender lo que leen. Entonces, podríamos afirmar que el desarrollo de las habilidades cognitivas utilizadas para entender un texto no figura entre los objetivos de un centro preuniversitario. Uno podría esperar que los alumnos preuniversitarios ya se hubieran aproximado por lo menos al dominio de las operaciones cognitivas de alto nivel requeridas para la comprensión o producción de significados dentro de un texto. Los centros preuniversitarios preparan para rendir el examen y cuentan con que el estudiante haya ya desarrollado las habilidades cognitivas requeridas para iniciar una preparación preuniversitaria. ¿Y acaso no conocemos casos de alumnos de tercero, segundo o hasta primero de secundaria que se están adiestrando en un centro preuniversitario? ¿Estarán ellos suficientemente aprestados para iniciar tal instrucción? Me temo que no. Lamentablemente, algo similar está sucediendo en algunos centros educativos en relación a la preparación para los exámenes internacionales señalados líneas arriba.

 

¿Por qué surge la necesidad de que escolares rindan exámenes internacionales para  certificar el nivel de competencia en el idioma inglés? ¿Estamos comercializando la educación?

 

         Habrían muchas respuestas, pero mencionaremos sólo algunas que están más relacionadas con nuestra experiencia. Pareciera que esto no es más que el resultado de la influencia del mercado. Es decir, los certificados de competencia lingüística otorgados por las instituciones internacionales son ya un referente muy estimado en el mercado laboral y especialmente determinante en el ámbito universitario internacional. Hemos tenido en nuestras aulas alumnos preocupados por asegurarse de obtener el puntaje requerido para postular a alguna maestría en el extranjero o estudiantes angustiados por estar listos para una entrevista de trabajo o para una presentación con los directores ejecutivos extranjeros de visita en la empresa en la que trabajan. Como es de esperarse, actuamos responsablemente y requerimos un examen diagnóstico que indique si tienen el nivel mínimo de competencia lingüística para iniciar semejante empresa, cosa que implica invertir mucho esfuerzo y dinero. Cuando no se ha cumplido con esta condición, nos hemos visto obligados a recomendarles retomar sus cursos de inglés regular hasta asegurarse de haber desarrollado las habilidades comunicativas que aseguren el éxito, tanto en el examen internacional a rendir como en el entorno donde se usarían dichas habilidades, sea éste uno laboral o universitario.

 

           Ante esta situación, es de esperarse que los padres, hermanos o familiares que ya pasaron por esta experiencia aprovechen todos los recursos necesarios para no permitir que sus familiares tengan las mismas dificultades o demoras. Por ello, buscan colegios que ofrecen la enseñanza del idioma inglés como parte de la malla curricular. Estarán dispuestos a invertir aún más si los  colegios ofrecen que sus egresados obtendrán certificaciones internacionales sin necesidad de estudiar en academias de inglés en forma paralela. Asimismo, el lograr esto antes de terminar la etapa escolar garantizaría mayores facilidades para poder egresar del pregrado universitario, ya que para hacerlo es requisito certificar el conocimiento de un idioma extranjero. Por otro lado, el ya contar con una certificación internacional ayudaría a que el alumno universitario centre toda su atención y esfuerzo en el estudio de su carrera.

 

        Por ello los padres de familia demandan esta enseñanza de los colegios que quieren para sus hijos. Ante esta situación, la respuesta inevitable es la competencia entre colegios, la cual resulta excesiva y se está convirtiendo en un problema incontrolable.

 

¿Cuál es el problema de que un colegio ofrezca que sus alumnos egresen habiendo obtenido una certificación internacional?

 

         Pareciera que esto no representa un problema, toda vez que el educando, habiendo ya aprendido inglés, tendría más recursos para enfrentar la vida después del colegio. Sin embargo, en este afán de cerciorarse que los escolares logren obtener dichas certificaciones internacionales, muchos docentes han sustituido el desarrollo de las competencias lingüísticas comunicativas por el perfeccionamiento de destrezas y estrategias para resolver las pruebas. También han dejado de lado el uso del libro de texto diseñado para adquirir y mejorar la aptitud lingüística y comunicativa para adoptar manuales dirigidos a desarrollar estrategias eficaces para aprobar un examen.

 

Aparentemente, algunas instituciones educativas no tienen claro qué políticas  deberían tener con respecto a la enseñanza del inglés. Algunos centros educativos no contemplan la importancia y necesidad de haber desarrollado primero el nivel lingüístico mínimo requerido antes de iniciar una preparación en cuanto a estrategias para resolver un examen. Esto podría traer terribles consecuencias a corto, mediano y largo plazo. Pudiéramos ver colegiales frustrados y con sentimientos de fracaso porque, en vez de ser hablantes de una lengua extranjera se ven convertidos en hábiles contestadores de exámenes.

 

No es necesario señalar que estos alumnos, lejos de disfrutar una clase en la que pudieran estar intercambiando ideas o experiencias en un contexto real del uso del idioma, pudieran terminar aborreciendo el curso de inglés. ¿Exagero? ¿Acaso algunos de nosotros estaría feliz en un ambiente donde enfrentásemos continuos fracasos?

 

       No olvidemos que nuestra mayor responsabilidad es la de ser formadores. Recordemos que esto es un proceso formativo en el que se va logrando alcanzar los niveles requeridos según los objetivos que nos planteemos.

 

 A la hora de iniciar la preparación para rendir un examen que nos proporcione un certificado de inglés de reconocimiento internacional debemos tener muy en cuenta qué tipo de certificación buscamos en relación con nuestros intereses y cuál es el que mejor se ajusta a nuestro nivel.

 

Tenemos que luchar contra este fenómeno que está asociado a la “rendición de cuentas” en donde todos luchan por mantenerse rentables en un mercado que apuesta por el que más ofrece. Esto no debería cegarnos y dejarnos arrastrar por la conveniencia económica, sino que debería prevalecer algo tan sencillo y potente como la honestidad. Probidad para ofrecer un producto que realmente entregue lo que promete y constituirse así en uno de los primeros realmente identificados con el logro real de lo que la educación en nuestro país requiere. Es necesario informarse y conocer lo que en verdad se necesita. El conocimiento asociado al logro de objetivos en un sistema educativo es una tarea que, en democracia, compete a todos los ciudadanos. Por otra parte, dicho conocimiento es fundamental para hacer el mejor uso de los recursos disponibles y tomar las decisiones más adecuadas.

 

No sacrifiquemos a nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Ellos confían en los adultos, cuya experiencia, conocimiento, verdadero amor y vocación, son los más idóneos para escoger el camino que los lleve a convertirse en ciudadanos competentes que, en un plazo no muy lejano, puedan engrandecer nuestra patria.

 

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10 COMMENTS

  1. Hace algún tiempo no vivo en nuestro país, pero estudié en Perú para ser maestra de inglés y ejercí por 15 años como docente del área. Yo misma tuve la fortuna de ser educada en un colegio bilingüe en el cual primó la comunicación como meta del aprendizaje del inglés. Recibíamos la mitad del día cursos en español y la otra mitad en inglés, de esta manera el nivel que adquiríamos en este segundo idioma era bastante elevado. Con las limitaciones, claro está, de estar aprendiendo inglés en los años 80 en un país donde no disponíamos de las actuales tecnologías para tener más input ni mayores ocasiones para poner en práctica lo que sabíamos, que en la escuela con nuestros maestros o sisters principalmente. Ya como docente mi consigna siempre fue promover en mis pequeños alumnos, el desarrollo de la habilidades comunicativas del idioma. Durante mis últimos años como profesora en el mismo colegio donde me eduqué, recién se hacía popular en las escuelas la preparación para los famosos exámenes internacionales a los que haces mención en tu muy bien desarrollado artículo. No me tocó, por suerte, experimentar esta tensión, que imagino debe ser, preparar para los citados exámenes. Sin embargo, comparto tu punto de vista en relación a que se puede fácilmente perder la brújula de la verdadera meta de la enseñanza de un segundo idioma, que es promover el aprendizaje integral de la nueva lengua con fines comunicativos. En efecto, si entrenamos a los estudiantes para pasar exámenes, alcanzar puntajes determinados, lograremos que al momento de tener que usar el nuevo idioma en situaciones de la vida real, el estudiante con certificados y puntajes altos, se sienta muy frustrado al encontrarse con barreras comunicativas. Aprender un segundo idioma en un país donde este no es el idioma hablado por la comunidad, como es el caso del Perú, es algo muy distinto a aprenderlo al radicar en el país donde si es el idioma oficial como por ejemplo los Estados Unidos y donde si habrá la oportunidad de practicarlo comunicativamente. Por tanto el reto para los educadores del área de inglés en nuestro país es mayor. Aprender un idioma en aula y usarlo comunicativamente en situaciones reales es muy diferente. De allí la insitencia de tantos estudios, conferencias, actualizaciones, etc, de incluir en el aula simulaciones de comunicación real y del uso de la tecnología para propiciar el uso real del idioma para comunicarse con hablantes nativos tanto de manera oral como escrita. Comprendo las ventajas de proporcionar a los estudiantes la preparación para estos exámenes requeridos en tantas instituciones internacionales pues estas, de alguna manera necesitan acreditar de manera objetiva que los estudiantes extranejros tengan un nivel del idioma para seguir por ejemplo estudios en el extranjero. Pero por experiencia propia puedo afirmar que al saber inglés, resulta más sencillo adquirir y desarrollar luego las estrategias para pasar estas evaluaciones, como el TOEFL por ejemplo, que tuve que pasar para hacer mi maestría en Estados Unidos, que si hubiera sido entrenada para el examen y no poder comunicarme ni estudiar en inglés. Finalmente lo que perdura es ser competente en el idioma, pues el examen es solo un medio/requisito para algo más importante y duradero para toda la vida, saber inglés y emplearlo como vehículo de mayores aprendizajes. Ahora, tengo la fortuna de enseñar español como segunda lengua en una universidad americana donde estudie la maestría en lingüística hispánica. Esta vez, con el español como el segundo idioma y en el contexto opuesto, la meta es la misma: enseñar el segundo idioma dentro de un marco comunicativo.

  2. Muy de acuerdo con lo expuesto en el artículo. Entiendo que en un centro de idiomas te ofrezcan la opción de preparate para rendir un buen examen, sin embargo en los colegios, concuerdo contigo en que debería primar el desarrollo de la competencia comunicativa para encontrar el inglés útil realmente.

  3. Hay muchos aspectos a considerar cuando escogemos un colegio para nuestros hijos. Lo expresado en este articulo podría ayudar por lo menos a ser más vigilantes de lo que eligimos para forjarles un mejor futuro. Gracias por tu comentario Patrick.

  4. Excelente aporte Rosario. Gracias por compartir tu experiencia. Un buen ejemplo de lo que se debe considerar como importante en nuestras clases. La necesidad de desarrollar las habilidades comunicativas principalmente se da en la enseñanza de cualquier idioma acá en Perú o en cualquier otro país.

  5. Me parece muy interesante y cierto este articulo,,,las evaluaciones son importantes hasta un determinado punto de medicion de nuestras conocimeintos sin embargo no debemos olvidarnos que nuestra pontencialidad y desenvolvimiento sobre un tema o un idioma no solo esta en un examen sino el un desarrollo cognitivo mostrado en el aula de forma diferentes y decauerdo a las habilidad que tenemos.

  6. Gracias Carla por tu aporte. Efectivamente, es en el aula donde se debe demostrar permanentemente las habilidades que se van adquiriendo a través de un proceso que no es igual en todos nuestros estudiantes. No sólo debemos considerar no exponerlos a un entrenamiento antes de tiempo sino también reforzar y potencializar las habilidades que van alcanzando a lo largo de la clase. Rendir el examen debe ser un reconocimiento a su logro más no el objetivo.

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