La Evaluación en Línea: Ofrece Retos y Oportunidades

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La evaluación es una etapa muy importante en el aprendizaje de nuestros alumnos porque valida lo que hemos intentado hacer al planificar objetivos, metodología, adquisición de información y/o habilidades, aplicación de las mismas, entre otros.

Lo ideal es empezar con una evaluación de diagnóstico que no requiere de un gran nivel de complejidad. Un cuestionario pequeño es lo más práctico para determinar cómo recibimos a nuestros alumnos, cuáles son sus saberes o conocimientos previos y también cuáles son sus expectativas.

Una vez hecho esto, debemos tener muy presente que en un ambiente en línea no debemos transferir el modelo que teníamos en una clase presencial y que nos daba excelentes resultados. Cambiar la forma de hacer las cosas no siempre es sencillo, pero es necesario detenernos y reflexionar sobre este proceso para poder escoger e implementar las mejores alternativas.

En publicaciones anteriores hemos hablado extensamente sobre el tema.  Ver https://blogidiomas.up.edu.pe/2018/09/how-we-teachers-use-or-abuse-of-evaluations/. Innegablemente, este era un contexto pre-Covid. También analizamos las ventajas y desventajas de llevar cursos en línea (ver https://blogidiomas.up.edu.pe/2019/05/online-courses-are-we-doing-them-right/ y https://blogidiomas.up.edu.pe/2020/03/choosing-the-right-language-course-face-to-face-or-online/); lo que era una alternativa hace poco más de un año, es una realidad hoy, con sus propios retos y oportunidades.

Una de las ventajas de la enseñanza en línea es la posibilidad de trabajar en forma colaborativa: los alumnos trabajan constantemente en grupo sin necesidad de tener que emplear tiempo adicional para reunirse. De esta manera, comparten un espacio físico con cierta privacidad pues todo lo que se conversa y discute en ese tiempo, queda entre los alumnos. En pocas palabras: “lo que pasa en Las Vegas, queda en Las Vegas”. Esta es una ventaja muy aprovechada por los alumnos que no son tan extrovertidos o necesitan más tiempo para tener la confianza suficiente de expresar su opinión ante un grupo que puede o no ser más fluido o extrovertido que ellos. En este sentido, debemos de indicar el tiempo que tendrán ellos para trabajar en privacidad y los momentos en que monitorearemos el trabajo o nos cercioremos que estén logrando los objetivos de la actividad asignada. No necesitamos ingresar a los grupos de trabajo; también podemos invitar a representantes de cada grupo para que compartan sus avances o podemos formar nuevos grupos y combinarlos de manera tal que todos puedan comentar sobre los aportes o aclarar sus dudas.

Este es un claro ejemplo de evaluación formativa y de evaluación hecha por sus pares. No es intimidante y se da en un ambiente bastante relajado y jovial.

¿Cómo evaluar?

Para evaluar en forma efectiva, debemos tener presentes los siguientes pasos: planificar las competencias y/o contenidos, seleccionar los instrumentos, recolectar los datos y procesarlos.

Dependiendo de las herramientas digitales con las que cuentan las plataformas que utilizamos en nuestras clases tenemos varias opciones para seleccionar los instrumentos. Podemos usar Google forms (gratis, fácil de usar, muy conveniente porque inmediatamente podemos ver con gráficos las estadísticas por pregunta); Kahoot (muy útil para revisar temas antes de los exámenes, se aprende jugando); juego de roles (brindamos situaciones y los alumnos asumen diferentes roles en los que emplearán las funciones comunicativas que hemos practicado o que complementarán con las que ya conocen); mini-presentaciones sobre temas de interés que pueden ser espontáneas o planificadas y que permiten apreciar la entonación, la pronunciación, los turnos para conversar, aspectos pragmáticos típicos de una situación dada, entre otros.

Si en nuestras instituciones contamos con plataformas educativas como Blackboard, Moodle, Chamilo entre otras o conocemos las bondades de Google Classroom podremos incorporar diferentes herramientas, tareas, evaluaciones, foros, chats, compartir documentos, materiales suplementarios, ejercicios de refuerzo o tareas. Todos estos instrumentos pueden emplearse con un propósito distinto.

¿Qué necesitan los estudiantes?

Es indispensable que los alumnos tengan acceso a internet desde un dispositivo electrónico: una computadora personal o una laptop es lo ideal, pero también es posible hacerlo desde celulares o tablets. Es necesario practicar un poco antes para no tener que lidiar con problemas de conectividad o de acceso. Igualmente importante es contar con una señal de internet estable y estar al tanto de los cortes de luz por servicio de mantenimiento que realizan las empresas de luz.

 

 

¿Cuáles son las ventajas para los alumnos?

En estos tiempos, los alumnos aprecian la inmediatez de los procesos; conocer sus notas al terminar de rendir un pequeño quiz por ejemplo, o al menos parte del examen pues ciertas secciones pueden requerir de respuestas abiertas.

Al analizar sus respuestas en forma individual o grupal; los alumnos también aprenden a interpretar gráficos y apreciar qué tipo de preguntas tienen un porcentaje más alto de respuestas correctas o incorrectas. Es una manera indirecta también de determinar los aciertos y también las fallas a nivel personal y a nivel grupal.

¿Cuáles son las ventajas para los docentes?

El tiempo es un bien escaso y los docentes no somos la excepción. Las evaluaciones en línea nos ahorran tiempo y nos permiten apreciar el desempeño de nuestros alumnos en una línea de tiempo.

Es innegable que tenemos que dedicar tiempo a familiarizarnos con estos instrumentos, la programación de los mismos (que nos permite especificar la duración del examen: el momento del inicio y del final, la posibilidad de combinar las preguntas en orden aleatorio, el número de intentos) y la elaboración de los diferentes tipos de preguntas (opción múltiple, verdadero-falso, escala linear, completar espacios en blanco, respuestas cortas, respuestas largas, etc). Existen además ventajas adicionales:  nos es posible insertar imágenes, audios, separar los exámenes o actividades por secciones, recibir archivos de nuestros alumnos, compartir documentos, verificar la participación de los alumnos al revisar las estadísticas de visitas y el tiempo de duración de cada visita, trabajar colaborativamente al modificar documentos que guardan los cambios realizados automáticamente.

La posibilidad de empleo de estas herramientas nos ahorra tiempo y nos facilita la corrección de los trabajos; y compensa sustancialmente el tiempo dedicado a conocerlas. La consulta a los colegas es muy valiosa también; no debemos dudar en preguntar lo que no sabemos y compartir nuestro conocimiento.

Por último, es importante recordar que la evaluación continua es lo que permite a los docentes optimizar los procesos de aprendizaje.

                   ¿Ya se han animado a emplear otras herramientas para evaluar?

¿Cuáles son? ¿Fueron efectivas?

¿Qué funcionó? ¿Qué cambiarían la próxima vez?

Somos una comunidad y lo que nos distingue es estar dispuestos a aprender. ¡Muchos éxitos!

 

 

 

 

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