Dentro de esta serie en que estamos examinando puntos ineludibles de diferencias entre el inglés y el español, que debemos esclarecer para nuestros alumnos, vamos a enfocar aquí el asunto de los dobles negativos. Si tomáramos el ejemplo de las matemáticas, sabemos bien que menos más menos da menos, pero que menos por menos da más. De alguna manera estas disconformidades ocurren también en el lenguaje entre estos dos idiomas.
Solemos decir que en español se puede usar el doble negativo y en inglés no. Pero esto es un simplismo, es bastante más complicado que eso.
En inglés, el principal elemento para enfatizar algo es mediante el acento (stress) y la inflexión o tono. En español también usamos estos elementos, pero al parecer no nos parece suficiente, sino que resaltamos también de palabra (y además con las manos, cara, voz, etc.). “No, no iré nunca jamás” (¿cuatro negaciones? Sí y también golpeamos el suelo con el pie o la mesa con el puño: temperamento latino). A los sajones les basta con decir: “I won’t ever go” o más categórico aún, “I won’t go, ever”. Lo importante es decir más fuerte y más claro el “won’t” y eso les basta.
En inglés hay dos formas de negar: “I have no money” y “I don’t have any money”. Los alumnos frecuentemente se equivocan pensando que “any” es una negación, pero, claro, no lo es. Y ahí se pierden. Hay que explicarles que “any” es un adjetivo o adverbio afirmativo que se usa en preguntas y para completar oraciones negativas, apoyando la verdadera negación, que es “no” o “not”. Existen otras palabras que llevan ya un contexto negativo y no necesitan de la negación, como: never, nothing, hardly, neither, nor y otras.
Muchos piensan que ahí acaba la cosa, pero no es así. En realidad, hay casos de doble negativo en inglés y hay casos en que no se puede usar en Castellano. Por ejemplo, en español o inglés “I didn’t say no” o No dije que no. Aquí se cumple la regla matemática que dos noes dan un sí. En castellano “no me opongo” resulta afirmativo, como en inglés “I don’t oppose it” o “I’m not against it”.
No te lo niego sería “I don’t deny that” o no me parece mal negarse equivaldría a “I don’t think it would be bad to say no”, aunque en realidad ya es una oración compuesta con dos aseveraciones negativas; y ¿el significado? Recuerde las matemáticas: afirmativo.
Cuando uno quiere excusarse puede decir: “She didn’t tell me not to do it”. Y la excusa funciona en ambas lenguas. En la lengua de Cervantes tenemos una admonición (generalmente paterna lo materna) Cuando digo que no, es no. Es difícil una manera cercana de decirlo en la de Shakespeare, No suena muy bien “When I say no is no”. Más bien diría “When I say no, I mean it”. O algo un poquito más distante, pero con el mismo significado básico: “I SAID NO, AND I MEAN IT” (end of discusion).
Bueno, no quisiera que no sigan leyendo, así que mejor termino. “Don’t do anything I wouldn´t do”.
Estimado Enrique:
Tu reflexión sobre la negación de los verbos me parece muy oportuna para los docentes de idiomas extranjeros. Yo, que soy apasionada de las lenguas extranjeras (en mi vida aprendí seis: italiano, francés, inglés, portugués, alemán y japonés), confieso que siempre centré más mi atención en las estructuras verbales y la entonación que juega un papel muy importante para expresar diversas intenciones.
El japonés que yo aprendí fue el académico, ya que el registro formal es el que se enseña en el nivel básico del idioma, y las estructuras gramaticales que me fueron enseñadas, la mayoría de las veces, no correspondían al registro del común denominador de las personas nativas con las que conversaba. Progresivamente fui aprendiendo a utilizar el registro informal de manera casual o informal. En lugar de “kaimasendeshita” comencé a utilizar “kawanakatta” para decir: “no compré”.
Sin embargo, para el resto de idiomas que aprendí, tomando como referencia el pretérito indefinido en forma negativa, llámese Passato Prossimo, Passé Composé, Pretérito Perfeito, Prateritum, etc., no es tan sencilla la conjugación como el japonés o el inglés, en el sentido que estos no presentan una vocal temática o una conjugación según el género y número del sujeto. En inglés uno no se complica la vida al simplemente añadir el auxiliar “didn’t” al verbo para todos los pronombres; lo mismo ocurre en japonés, pero con todos los tiempos verbales. ¡Qué practicidad!
No obstante, aprender lenguas romances, tales como el español, francés, italiano o portugués, implica un desafío para los estudiantes, quienes tienen que aprenderse conjugaciones específicas.
En fin, no seamos negativos al respecto, sino presentemos, expongamos y mostremos a nuestros alumnos registros, acentos y sobretodo expresiones idiomáticas variadas (sin importar el nivel de idioma que se esté impartiendo), las cuales presentan una enorme carga cultural, que es a fin de cuentas lo que buscamos promover en la enseñanza de una lengua extranjera: la cultura. Mi conclusión es que “Mas Más Mas da Mas”. Un abrazo.
Estimada Maricarmen:
Es un placer y de sumo interès recibir un comentario de una brillante polìglota, como eres tù. Es verdad, el conocer diferentes lenguas y còmo manejan los idiomas en distintas formas los mismos vericuetos del lenguaje nos dan una visiòn mucho màs amplia. Especialmente cuando se trata de familias lingûìsticas diferentes.
Hay casos y casos. Por ejemplo, en inglès el negativo se construye con los auxiliares “do not” o “have not” pero en el habla popular los norteamericanos tienden a privilegiar el primero y a olvidar el ùltimo, aun cuando no es lo màs gramaticalmente correcto. Pero se dice que el habla es de los hablantes.
Y bien dices que en el campo de la negaciòn màs que la estructura entran en cuenta elementos fonològicos como el estrès, fuerza, ritmo, entonaciòn, que rara vez se enseñan.
Estoy de acuerdo contigo, no hay que tomar estas “inconsistencias” de las lenguas como obstàculos o complicaciones, sino màs bien disfrutarlas, puesto que su variedad las hace interesantes y hasta divertidas.
Un abrazo para ti.
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